En la mitología griega, Ares (Marte para los Romanos) era hijo de Zeus y Hera. Él era uno de los 12 dioses del Olimpo y era el Dios de la guerra.
Este dios, dirigía todo relacionado a la Guerra. Era un Dios sin modales, agresivo e impetuoso que no brindaba nada positivo a la Humanidad. Se dice que Zeus lo odiaba más que al resto de los dioses, y la única razón por la cual lo toleraba, es porque era hijo suyo y de su esposa Hera.
Ares nunca tuvo una esposa, pero si muchas relaciones extramatrimoniales. Una de sus relaciones más famosa fue con Afrodita (Diosa del Amor) con la cual concibió a Armonía (Esposa de Cadmio) y a los gemelos Deimos (Temor) y Fobos (Miedo).
Un relato cuenta que Hefesto (Esposo de Afrodita) se enteró del engaño de su esposa y de Ares, así que fabricó una red invisible para ponerla sobre su cama. Cuando Ares y Afrodita cayeron sobre el lecho, quedaron atrapados y luego, fueron humillados ante todos los Dioses.
Ares apoyó a los troyanos durante su conflicto con Grecia pero, su intervención fue discreta. Diomedes lo enfrentó hiriéndolo hasta hacerlo huír, pero fue derrotado luego tras enfrentarse a Atenea. Heracles (o Hércules), también logró herir a Ares durante un enfrentamiento que tuvieron ambos.
Para los Romanos, el dios de la guerra era Marte (equivalente de Ares) y él era muy significativo debido a que era el Padre de Rómulo y Remo (fundador de dicha ciudad). Esto lo hizo responsable del gran éxito del nuevo imperio que se esableción gracias a sus ejércitos muy bien organizados y su obsesión por la supremacía miliar. Los romanos dedicaron a este el campus Martius o Campo de Marte en el corazón de la ciudad.