Según cuentan, en los ríos, una Joven de bellos ojos azules y cabellos dorados acompañaba a su Padre español en la conquista de tierras colombianas y también a la expedición por el río Magdalena.
Ella se atormentó cuando su Padre castigaba al Cacique de una tribu indígena para que le diga donde estaba el oro que escondía en su tierra. Gracias a las constantes súplicas de la hija del conquistador, se liberó al indígena. La Joven estaba enamorada del encanto del Cacique, y poco después huyeron juntos a las riberas del río y tuvieron un hijo.
El Padre no tardó en enterarse de lo sucedido, así que fue en búsqueda de ambos. Cuando por fin los encontró, sin demora eliminó al Cacique y ahogó a su nieto en frente de su Hija. En medio de su dolor y desesperación, la Joven decidió ahogarse en las aguas del río Magdalena.
Desde ese entonces, los lugareños dicen que bajo el agua, ella asusta a pescadores y a niños, o en el peor de los casos, los hace ahogar.
