Según cuentan, hace mucho llovió durante varias semanas por toda la sabana dejando todos los cultivos arruinados y casas también inundadas.
El Zipa (regente de todos los cacicazgos de la zona), notó lo trágico del asunto así que decidió pedir ayuda al Dios Bochica. El Dios oyó las súplicas, así que decidió descender para ayudar a su pueblo.
Bochica bajó en un arcoíris con apariencia de un anciano de larga barba blanca. Él llevaba una túnica y sandalias apoyado por un bastón. Los aldeanos del pueblo acompañaron a Bochica a un lugar donde las aguas golpeaban una montaña de rocas. Luego el Bochica con su bastón, desintegró las rocas y el agua pudo fluir montaña abajo.
Gracias a este suceso, se formó una gran cascada que hoy en día es conocida como "El Salto del Tequendama".