Según cuentan, en un pequeño pueblo existía una Muchacha que no tenía padres ya que perecieron en un accidente, así que ella sola cuidaba de sus hermanos. Debido a la falta de guía de sus Padres o de alguien que le de buenos consejos, ella empezó a recorrer malos pasos y a descuidar mucho a sus hermanos tomando una vida de mal vivir.
Un día, una Amiga de esta Muchacha le contó que había visto a su Madre vestida de negro cerca del pueblo. La Muchacha no le creyó y le dijo que su Madre había muerto hace tiempo y que no le haga ese tipo de bromas. Con el pasar de los días, hubieron otros habitantes del pueblo que al encontrarse con la Muchacha, le dijeron lo mismo: Tu Madre estaba de negro con ropa sucia, enlodada y con el pelo amarañado.
Hubo algunos vecinos (que conocieron en vida a aquella Mujer) intentaron preguntarle qué buscaba o qué quería, sin embargo ella no contestaba o sólo se quedaba totalmente muda. Otros decían que aquella Dama de Negro, deambulaba de arriba hacia abajo, y empezaron a creer que era no era una persona, sino un alma en pena.
La Amiga de la Muchacha nuevamente fue a hablar con ella y le insistía que era su Madre. La Muchacha nuevamente le decía que ella estaba muerta. "Es tu Madre, seguro está penando o no puede descansar en paz... ¿has cuidado bien de tus hermanos?" - Dijo la amiga con timidez a la Muchacha, pero en su conciencia, ella sabía sus errores pero se fue nerviosa sin decir nada.
Al día siguiente, una Señora se encontró con la Muchacha que traía un aspecto deplorable, y sin demora le dijo: "Deja a ese hombre casado. Cuida a tus hermanos para que el alma de tu Madre pueda descansar en paz". La Muchacha se estremeció ya que todo lo dicho era verdad sin pero alguno.
La Muchacha atormentada y asustada al ver que todos habían visto a su Madre caminar por el pueblo, decidió ir a comprobar si era cierto con sus propios ojos. Cuando llegó la noche, en aquel lugar donde ella fue avistada, la Muchacha encontró a la Dama de Negro en las mismas deambulando y con terribles fachas. La Muchacha se acercó a ella, notó que efectivamente era su Madre.
La Dama, sin ninguna palabra que decir, sólo lloraba desconsoladamente, por otro lado la Muchacha ya no tenía dudas de que era su Madre y que ella sabía de todo sus malos actos como cuando estaba en vida. De pronto, la Dama de Negro calmó su llanto y se perdió en las sobras de un pasadizo.
La Muchacha sintió un profundo vacío de su Madre y entendió el llanto que llevaba. Buscando solucionar sus culpa, fue donde aquel Hombre con quien salía y dijo ya no más verlo, luego fue a su casa y muy arrepentida, prometió a sus hermanos que jamás los dejaría de nuevo.
Desde ese día, la Dama de Negro jamás volvió a aparecer en aquel pequeño pueblo.