Cuenta el mito del señor que vivió con una Bruja, que hace mucho un Hombre se enamoró perdidamente de una Joven muy bonita. Tras unos cortejos y romances, ellos se hicieron Novios.
Una noche, este Señor y sus amigos se fueron a beber. Uno de sus Amigos muy temeroso le dijo que en varias ocasiones vio a su Novia convertirse en varios animales, y que al parecer era una Bruja. El Señor no le creyó, pero tras la insistencia de todos sus Amigos, le aconsejaron que la espíe de noche para ver si era verdad.
Al día siguiente por la noche, el Señor intentó espiarla pero el sueño lo vencía y se quedaba dormido. El Señor que aún no se rendía, decidió ir donde una Mujer que era Bruja. Ella le aconsejó que para ver a su Novia, se pusiera una imagen de un santo, y si veía a su Novia transformarse o quitarse su piel de Mujer, le eche a aquella piel sal. Tras las indicaciones, el Señor emprendió su misión.
Una noche, este Señor y sus amigos se fueron a beber. Uno de sus Amigos muy temeroso le dijo que en varias ocasiones vio a su Novia convertirse en varios animales, y que al parecer era una Bruja. El Señor no le creyó, pero tras la insistencia de todos sus Amigos, le aconsejaron que la espíe de noche para ver si era verdad.
Al día siguiente por la noche, el Señor intentó espiarla pero el sueño lo vencía y se quedaba dormido. El Señor que aún no se rendía, decidió ir donde una Mujer que era Bruja. Ella le aconsejó que para ver a su Novia, se pusiera una imagen de un santo, y si veía a su Novia transformarse o quitarse su piel de Mujer, le eche a aquella piel sal. Tras las indicaciones, el Señor emprendió su misión.
Al llegar la noche, el Señor se puso y la imagen y esperó pacientemente. Cuando la Joven se levantó, la siguió con mucho cuidado. Tras seguirla por un buen rato durante la oscura noche, la Joven se detuvo en un árbol de Aguacate (palta) y ahí, ella se quitó la piel de Mujer convirtiéndose en una Lechuza.
El Señor quedó muy sorprendido, pero solo le quedó esperar a que Ella se aleje lo suficiente para cumplir lo que le dijo la Mujer Bruja. Cuando la Lechuza estuvo lejos, echó la Sal a la piel y se retiró.
Cuando la Joven convertida en Lechuza regresó e intentó ponerse su piel, fue grande su dolor debido a la Sal en su piel que soltó enormes gritos que el Señor escuchó desde lo lejos.
Cuando la Joven convertida en Lechuza regresó e intentó ponerse su piel, fue grande su dolor debido a la Sal en su piel que soltó enormes gritos que el Señor escuchó desde lo lejos.
Aun mucho tiempo después, la gente comenta que cerca de aquel Árbol de Aguacate, se escucha o ve por las noches a aquella Joven revolcándose y llorando su desgracia.